domingo, 28 de octubre de 2012

Noche de copas, noche loca....

Su piel suena como un viento lastimoso de invierno.
Ventisca sobre las sábanas.
Tristeza y frialdad golpeando las paredes de su refugio.
No le queda más que el calor de mis manos recorriendo su pecho blanco.
La tibieza de una noche efímera con abrazos desiguales cubriendo soledades.
Ojos que no se ven , labios que no se sienten, lenguas que no se llaman,
pieles que no se reconocen, aromas nuevos que atraen.
Es la embriaguez del olvido y la venganza del abandono
encerrado entre las paredes de aquel lugar en que alguna vez fue mío.