viernes, 26 de noviembre de 2010

Hoy...


Hoy que entras en mi alma como un tibio resplandor matutino, mis labios murmuran a tu mente un "te quiero".

Hoy que entras en mi alma recorriendo con tus frías y morenas manos mi piel ardiente, se enciende una luz en nuestros ojos.

Tus manos y mis manos juntas, trazando un camino en el aire. Déjame entonces recorrer ese camino de tu alma con mis ojos y contemplar el espeso claro de tu mirada.

Hoy que entras sin tardanza, llegas a instalarte en los aposentos de mi risa y encuadrar sin duda mi torso con tus brazos. No tengo queja alguna para quedar trenzada a tus dedos traviesos.

Son tus labios dulce agua de vida, los que que me besan y muerden a placer en tus horas de esplendor.

Hoy que entras, me besas, me abrazas, me acompañas... no es en vano el te quiero, pues tiene razones reales para ser y existir, en ti y en mi un nuevo amanecer.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hombres necios que acusais...


.... a Anita sin razón... sin ver sin ver que Anita es quien tiene la razón...

jaja o algo así.

Se preguntarán por qué, he aquí la historia sin sentido de dos hombres que quieren culpar a una inocente dama que sí tomó sus lecciones de manejo y pasó con 10 ( bien nerd).

La hermosa y distinguida dama, manejaba a casa después de un largo día de trabajo con rumbo hacia su guarida. En el camino unos autos incautos iban provocando algunos disturbios, como de costumbre y un taxista y un desgraciado sin miedo. Del taxista me libré y alcancé a frenar con el incauto kamikaze, me freno de golpe para evitar un choque aparatoso, todos lo hicimos, dos segundos después, un junior estampa su moto en mi defensa. ¡Wow! literalmente, ese no lo vi venir, y creo que piensa que puede atravesar objetos sólidos, no le fue bien en la materia de física, y en definitiva no le ha ido bien en la diferenciación racional de una mujer.

Eso me recuerda, qué muy seguramente no ha terminado de entender que a una mujer, y que jamás jamás le digas que no tiene razón cuando todas las evidaencias están a favor de ella. Menos aún, cuando no hay nada "pior" que encontrarse a un hombre necio y a su retoño en combinación con que este último no sepa nunca hacerse cargo de sus acciones.

Volviendo a la estrellada, el pequeño mocoso quería que le pagara lo que él mismo provocó, y me dijo: "te me frenaste derrepente", no fue por alcance, se me derrapó la moto. En este punto estaba ya realmente fastidiada, y la única forma de librarme del mocoso y cobrar mi tiempo perdido fue diciendo lo que tanto odian que les diga una mujer : "¿quieres apostar que yo tengo razón y que fue por alcance?". Y así como Dios manda, las flores florecen y la gravedá te mantiene los pies en la tierra, el tránsito (al cual por cierto debo felicitar por su trabajo) puso en su lugar al papi y al hijo, por lo que me pareció excelente que lo regañara por ir en un carril de alta velocidad y al padre por meterse en los asuntos del jr.

En pocas palabras debo decir que las palabras clave fueron "usté es mayor de edad como para hacerse responsable de sus actos y usté si no estuvo cállese".

Moraleja: si eres un hombre necio que acusa a las mujeres sin razón, cuídate porque puedes terminar pagando una multa en tránsito.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi querida Magnolia




Te he escrito cartas con dulzura y con la esperanza de que algún día podré tocar tu piel mulata de nuevo. Mi querida Magnolia, tus manos han dejado de escucharse cayendo sobre mi cabello, tus dientes perlados ya causan calofríos en mis piernas. Mi flor perfumada de hierbabuena, no recuerdo ya tu cascada de ébano callendo sobre tus hombros, ni tu voz africana caminando por los pasillos de mi ventana. Es como si el río te llevara con la cristalina corriente y su caudal ensordeciera tus gritos de amor.


¿A dónde te has ido flor de árbol firme? ¿En dónde te he de encontrar ahora? Es como si detrás de mi hubiera un violinista que tocara una sonata ante tu ausencia. Mulata, mezcla de orígenes, si un día regresas aquí te dejo dos rosas con las que me despido de tus labios azucarados y de tus ojos negros.


Dejaré de ver tu cuello de gacela bajo el sol, y dejaré todo tal cual quedó, en el patio tus telas de colores secando cerca de la fuente para que te vistas nuevamente, tus jarrones llenos de agua clara por si tienes sed de regresar, la huerta llena de frutos por si tienes hambre de empezar, y la casa con un ramo de Magnolias que glorifiquen tu nombre en el altar de nuestro hogar.


Adiós Magnolia, de ti no me llevo ni tu imagen, te lo dejo todo... todo.