viernes, 27 de agosto de 2010

Limbo

HOW LONG CAN I WAIT?

HOW MUCH CAN I TAKE OF THIS?
HOW STRONG DO YOU THINK I AM?


AM I A ROCK OR A ROSE OR A FIST OR THE BREATH AT THE END OF A KISS?


HOW DEEP DO YOU WANT TO GO?


IT'S SO HARD TO TELL WHAT'S IN YOUR HEART


WHAT YOU KEEP TO YOURSELF

IT'S TEARING ME APART.

(ALEX JOHNSON)

martes, 24 de agosto de 2010

Cosas bizarras.

  1. Esta manaña me levanté y mandé a la jodida a una escuela que supuestamente podía ayudarme a promocionar mi profesión. (Bien por mi)
  2. Avisé que por ningún motivo iba a cocinar hoy y que se las arreglaran como pudieran. (Bien por mí, que mal por ellos)
  3. Fui a control escolar de la Universidad y por fin me entregaron mi título. (Ya se estaban tardando)
  4. Mi supervisor de tesis está orgulloso de mi. ( Estrellita dorada para mi)
  5. Corrí al trabajo de mi madre le entregué el título, se lo dejé y luego manejé hasta Patzcuaro y tomé una embarcación a Janitzio. (Fue genial, cabe aclarar que me fui sola)
  6. Comí pescado frito en un restaurante con las uarhicha, y mi acompañante fue un lindo y pequeño minino que se acercó. ( Los gatos son la mejor compañía)
  7. En la embarcación de regreso escuché al peor cantante de mi vida (aullaba mientras imitaba al grupo Camila)
  8. Hice 25 minutos de camino Patzcuaro- Morelia (wow!)

lunes, 23 de agosto de 2010

Nunca amada


Normalmente salía con su sombrilla roja, ese día llevaba una negra, normalmente vestía de negro, ese día llevaba uno blanco. Se sentaba lejos del lugar acostumbrado y mientras llovía, lloraba y lloraba.

Alguien le preguntó: ¿por qué lloras?

Ella respondió: Es mi aniversario.

-¿Aniversario de qué?
-Bueno hoy cumplo un año más de no ser amada.
-¿Eso se puede? es decir, no, alguien debió hacerlo, o lo hace o lo hará.
-Hasta hoy no, en el futuro...no sé.
-¿por qué no habrías de ser amada? Eres bonita, inteligente, simpática, atractiva, misteriosa, divertida, tienes muchos talentos... ¿por qué no eres amada?
-Por eso mismo que dices, si alguien quiciera eso ya habría venido a buscarme. No importa si yo habro el corazón, la puerta quedará abierta porque nadie quiere entrar.

El silencio cayó en el lugar y no hubo contestación para eso último. Del viento cayó una voz de ángel cantando entre la lluvia:

" been a long road to follow
been there and gone tomorrow
without saying goodbye to yesterday
are the memories I hold still valid?
or have the tears deluded them?
maybe this time tomorrow
the rain will cease to follow
and the mist will fade into one more today
something somewhere out there keeps calling
am I going home?
will I hear someone singing solace to the silent moon?
zero gravity what's it like?
am I alone?
is somebody there beyond these heavy aching feet
still the road keeps on telling me to go on
something is pulling me
I feel the gravity of it all "

viernes, 20 de agosto de 2010

Paz


"Lay your head where my heart used to be, hold the earth above me, lay down on the green grass, remember when you loved me" (Tom Waits)



Entre la gente se encontraron, no había mucha, pero sí podían ser testigos de ese encuentro. Él la vio ahí sentada y no pudo creer que fuera ella. Era un ángel, una alucinación o lo que nunca pudo apreciar de ella. Su cabello era una cascada de seda, sus mejillas acariciables, sus ojos grandes y claros, su boca... roja.

Era una ilusión, simplemente no podía ser ella, esa no era la mujer que había conocido antes y que le entregó el corazón. De hecho él se lo devolvió, en varias ocasiones y la última vez se lo quedó un tiempo para usarlo y terminó rompiéndolo. Ahora era muy raro, se sentía culpable, culpable porque a pesar de todo, le salvó la vida, le devolvió el alma cuando más duro lo golpeaba la vida y después de haberla herido tanto.

¡Inaudito! Debería odiarme. Y en cambio está sentada esperando escuchar que estoy bien después de tanto tiempo. ¿y por qué tiene el rostro lleno de paz y no de ira? Es raro que sus ojos ya no lloren, pero también que no me miren con amor. Soy como un desconocido y ella es una desconocida para mi. ¿Por qué nunca vi lo que veo ahora? y ahora es muy tarde. Intenté tocarla y no pude, una fuerza me separó al instante de su mano.

-Te ves diferente.

-A mi me alegra saber que estás bien.

Esbozaron una leve sonrisa, él tenía vida y ella paz.


martes, 17 de agosto de 2010

Cuento de la Mujer Esqueleto o Doña Muerte



Este es el cuento que leí hace algunos años en el libro Mujeres que corren con los lobos de la psicoanalista Clarissa Pínkola Éstes, que desde entonces me cautivó y creo haberlo contado a medias y con otras tintas una noche en el centro de la ciudad.


La Mujer Esqueleto

Había hecho algo que su padre no aprobaba, aunque ya nadie recordaba lo que era. Pero su padre la había arrastrado al acantilado y la había arrojado al mar. Allí los peces se comieron su carne y le arrancaron los ojos. Mientras yacía bajo la superficie del mar, su esqueleto daba vueltas y más vueltas en medio de las corrientes.

Un día vino un pescador a pescar, bueno, en realidad, antes venían muchos pescadores a esta bahía. Pero aquel pescador se había alejado mucho del lugar donde vivía y no sabía que los pescadores de la zona procuraban no acercarse por allí, pues decían que en la cala había fantasmas. El anzuelo del pescador se hundió en el agua y quedó prendido nada menos que en los huesos de la caja torácica de la Mujer Esqueleto. El pescador Pensó: "¡He pescado uno muy gordo! ¡Uno de los más gordos!" Ya estaba calculando mentalmente cuántas personas podrían alimentarse con aquel pez tan grande, cuánto tiempo les duraría y cuánto tiempo él se podría ver libre de la ardua tarea de cazar.

Mientras luchaba denodadamente con el enorme peso que colgaba del anzuelo, el mar se convirtió en una agitada espuma que hacía balancear y estremecer el kayak, pues la que se encontraba debajo estaba tratando de desengancharse.
Pero, cuanto más se esforzaba, más se enredaba con el sedal. A pesar de su resistencia, fue inexorablemente arrastrada hacia arriba, remolcada por los huesos de sus propias costillas. El cazador, que se había vuelto de espaldas para recoger la red, no vio cómo su calva cabeza surgía de entre las olas, no vio las minúsculas criaturas de coral brillando en las órbitas de su cráneo ni los crustáceos adheridos a sus viejos dientes de marfil. Cuando el pescador se volvió de nuevo con la red, todo el cuerpo de la mujer había aflorado a la superficie y estaba colgando del extremo del kayak, prendido por uno de sus largos dientes frontales. "¡Ay!", gritó el hombre mientras el corazón le caía hasta las rodillas, sus ojos se hundían aterrorizados en la parte posterior de la cabeza y las orejas se le encendían de rojo. "¡Ay!", volvió a gritar, golpeándola con el remo para desengancharla de la proa y remando como un desesperado rumbo a la orilla.

Como no se daba cuenta de que la mujer estaba enredada en el sedal, se pegó un susto tremendo al verla de nuevo, pues parecía que ésta se hubiera puesto de puntillas sobre el agua y lo estuviera persiguiendo. Por mucho que zigzagueara con el kayak, ella no se apartaba de su espalda, su aliento se propagaba sobre la superficie del agua en nubes de vapor y sus brazos se agitaban como si quisieran agarrarlo y hundirlo en las profundidades.
"¡Aaaaayy!", gritó el hombre con voz quejumbrosa mientras se acercaba a la orilla. Saltó del kayak con la caña de pescar y echó a correr, pero el cadáver de la Mujer Esqueleto, tan blanco como el coral, lo siguió brincando a su espalda, todavía prendido en el sedal. El hombre corrió sobre las rocas y ella lo siguió. Corrió sobre la tundra helada y ella lo siguió. Corrió sobre la carne puesta a secar y la hizo pedazos con sus botas de piel de foca. La mujer lo seguía por todas partes e incluso había agarrado un poco de pescado helado mientras él la arrastraba en pos de sí. Y ahora estaba empezando a comérselo, pues llevaba muchísimo tiempo sin llevarse nada a la boca.

Al final, el hombre llegó a su casa de hielo, se introdujo en el túnel y avanzó a gatas hacia el interior. Sollozando y jadeando permaneció tendido en la oscuridad mientras el corazón le latía en el pecho como un gigantesco tambor. Por fin estaba a salvo, sí, a salvo gracias a los dioses, gracias al Cuervo, sí, y a la misericordiosa Sedna, estaba... a salvo... por fin.
Pero, cuando encendió su lámpara de aceite de ballena, la vio allí acurrucada en un rincón sobre el suelo de nieve de su casa, con un talón sobre el hombro, una rodilla en el interior de la caja torácica y un pie sobre el codo. Más tarde el hombre no pudo explicar lo que ocurrió, quizá la luz de la lámpara suavizó las facciones de la mujer o, a lo mejor, fue porque él era un hombre solitario. El caso es que se sintió invadido por una cierta compasión y lentamente alargó sus mugrientas manos y, hablando con dulzura como hubiera podido hablarle una madre a su hijo, empezó a desengancharla del sedal en el que estaba enredada.

"Bueno, bueno." Primero le desenredó los dedos de los pies y después los tobillos. Siguió trabajando hasta bien entrada la noche hasta que, al final, cubrió a la Mujer Esqueleto con unas pieles para que entrara en calor y le colocó los huesos en orden tal como hubieran tenido que estar los de un ser humano. Buscó su pedernal en el dobladillo de sus pantalones de cuero y utilizó unos cuantos cabellos suyos para encender un poco más de fuego. De vez en cuando la miraba mientras untaba con aceite la valiosa madera de su caña de pescar y enrollaba el sedal de tripa. Y ella, envuelta en las pieles, no se atrevía a decir ni una sola palabra, pues temía que aquel cazador la sacara de allí, la arrojara a las rocas de abajo y le rompiera todos los huesos en pedazos.

El hombre sintió que le entraba sueño, se deslizó bajo las pieles de dormir y enseguida empezó a soñar. A veces, cuando los seres humanos duermen, se les escapa una lágrima de los ojos. No sabemos qué clase de sueño lo provoca, pero sabemos que tiene que ser un sueño triste o nostálgico. Y eso fue lo que le ocurrió al hombre. La Mujer Esqueleto vio el brillo de la lágrima bajo el resplandor del fuego y, de repente, le entró mucha sed. Se acercó a rastras al hombre dormido entre un crujir de huesos y acercó la boca a la lágrima. La solitaria lágrima fue como un río y ella bebió, bebió y bebió hasta que consiguió saciar su sed de muchos años.

Después, mientras permanecía tendida al lado del hombre, introdujo la mano en el interior del hombre dormido y le sacó el corazón, el que palpitaba tan fuerte como un tambor. Se incorporó y empezó a golpearlo por ambos lados: ¡Pom, Pom!.... ¡Pom, Pom! Mientras lo golpeaba, se puso a cantar "¡Carne, carne, carne! ¡Carne, carne, carne! ". Y, cuanto más cantaba, tanto más se le llenaba el cuerpo de carne. Pidió cantando que le saliera el cabello y unos buenos ojos y unas rollizas manos. Pidió cantando la hendidura de la entrepierna, y unos pechos lo bastante largos como para envolver y dar calor y todas las cosas que necesita una mujer.

Y, cuando terminó, pidió cantando que desapareciera la ropa del hombre dormido y se deslizó a su lado en la cama, piel contra piel.
Devolvió el gran tambor, el corazón, a su cuerpo y así fue como ambos se despertaron, abrazados el uno al otro, enredados el uno en el otro después de, pasar la noche juntos, pero ahora de otra manera, de una manera buena y perdurable.

La gente que no recuerda la razón de su mala suerte dice que la mujer y el pescador se fueron y, a partir de entonces, las criaturas que ella había conocido durante su vida bajo el agua, se encargaron de proporcionarles siempre el alimento. La gente dice que es verdad y que eso es todo lo que se sabe.


Reflexión por Clarissa Pínkola

La incapacidad de enfrentarse con la Mujer Esqueleto y de desenredarla es el origen del fracaso de muchas relaciones amorosas. Para amar, hay que ser no sólo fuerte sino también sabio. la fuerza procede del espíritu. La sabiduría procede de la experiencia con la Mujer Esqueleto.

Tal como hemos visto en el cuento, si uno desea ser alimentado de por vida, tiene que enfrentase con la naturaleza de la Vida/Muerte /Vida y entablar una relación con ella. En cuanto conseguimos este propósito, ya no andamos dando tumbos por ahí en un intento de pescar fantasías, pues comprendemos que la verdadera relación la crean las muertes necesarias y los sorprendentes nacimientos. Cuando nos enfrentamos con la Mujer esqueleto, comprendemos que la pasión no es algo que se "va a buscar" sino algo que se genera a través de unos ciclos y se distribuye por este medio. La Mujer Esqueleto es la que nos muestra que una vida compartida en todos los incrmentos y todas las disminuciones, en todos los finales y los principios crea un fiel amor sin parangón.

Si creemos que la fuerza de la Vida/Muerte/Vida no tiene ningún espacio más allá de la muerte, no es de extrañar que algunas personas teman concretar compromisos. Les aterra la simple posibilidad de soportar un final. No pueden soportar la idea de pasar de la galería a las habitaciones interiores. Tienen miedo, pues intuyen que en el cuarto del desayuno de la casa del amor está sentada la Dama de la Muerte, golpeando el suelo con el pie, doblando y volviendo a doblar los guantes.


domingo, 15 de agosto de 2010

Canción a la luna menguante


...No hace falta tanto cielo, si la luna de tu piel no está...
(Alejandro Filio)



Ahora que tu luz completa menguará,
no hace falta rasgar las cuerdas de mi voz.
Te marchas hacia la oscuridad,
no habrá más luz
mientras que mi corazón zozobrará
en ese mar de olvido.
Te canto luna menguante
con un tono de melancolía y alegría.
Te canto luna menguante
como vida mía.
No encuentro en este corazón que late
una razón de despedida,
pero no encontraré más tu cara reluciente,
ni tu sonrisa creciente.
Te canto luna menguante
antes que tu piel se apague.
Te canto desde mi ventana,
desde mi cama en que te espero cada madrugada.
Se quebranta mi voz mundana
te extraño ya luna mía,
y puedo llorar la noche entera
con desesperanza y desolación.
Te canto una canción
por si me escuchas allá en el cielo,
como un gato dolido
o como un lobo en duelo.
Que se desgarre la guitarra,
que me sangren los dedos,
que me hiera el destino
y luego se apague mi voz.

sábado, 14 de agosto de 2010

Huesos...


Se dice que los huesos son el alma de las personas.... ya que es lo último que desaparece.
(leyenda de alguna parte del mundo)

Huesos paseaba las noches de luna llena en que la luna le daba animación a su seca anatomía. Vagaba por la arena de la playa hundiendo el tarso de sus pies como si aún tuviera piel que sintiera la espuma del mar acariciarle los tobillos. Abría de par sus brazos para recibir la luz nocturna, su alimento, su fuerza y energía para unas cuantas noches al mes.

Se dirigía al cabo, ahí dónde las olas estallaban sus gritos de dolor al estrellarse con la roca, para huesos era su canción de cuna, su arrullo y el despertar de sus recuerdos de viva carne. Pasaba noches enteras bañándose bajo una lluvia de agua de mar que llega hasta la gran piedra, se mojaba su vestido y le dibujaba silueta de mujer pegándosele a su descalcificado cuerpo, soltaba su larga y aún sedosa cabellera, la adornaba con algas de mar y moluscos muertos.

Una noche Huesos bailaba una vals con el mar y el viento las noches de tormenta, unos marineros que desembarcaban de emergencia la vieron en el escenario del cabo, ¡qué cosa tan estremecedora! Un esqueleto bailando en una noche tan peligrosa. Castañeteaba sus articulaciones al ritmo de unos cabellos sueltos que entre dejaban ver los orificios oculares clavarse en sus pupilas dilatadas por el miedo. Nadie podía moverse, permanecían estupefactos como si la danza esquelética les convirtiera en estatuas, quizá gritar, quizá correr, mas las piernas no daban cuenta de sí. ¿qué hace ahí, bailándole al monstruo de la noche?

Ya al alba, cesó de llover y relampaguear, Huesos corría por la orilla de la playa hasta el otro extremo, se internaba en la húmeda cueva de la montaña, donde se incubaría nuevamente, donde moriría nuevamente y permanecería sentada en su piedra recargada en las paredes salitrosas hasta que su ánima fuera inanimada. Los marineros aterrados despertaban poco a poco de su hipnosis nocturna, como si los rayos del sol matutinos fuesen derritiendo poco a poco témpanos de hielo. Pronto algunos aldeanos fueron a su rescate, al ver sus expresiones lo intuyeron, la habían visto, además habían precenciado su petrificante baile y no dijeron absolutamente nada por el terror tan conmovedor que les transfirió Huesos.

Uno, se atrevió a preguntar -¿quién es ese esqueleto? ¿por qué hace lo que hace? Un aldeano le respondió con la tranquilidad del mundo.

-Se llama Huesos, y se internó en la cueva hace mucho tiempo, cuando aún era humana, decidió que el mundo era doloroso, penoso, arriesgado, además había sufrido abandonos por personas muy amadas, era demasiado tormento que finalmente se encerró en la cueva para no ver nunca más el mundo. Pero la cueva, escuchó el latir de su corazón que clamaba libertad y esclavitud, contradicciones de la vida, confusión en sus tímpanos, ceguera en sus ojos y parálisis en su cuerpo, fue entonces que la encerró en sí misma, la incubó como una madre preñada, hubo un derrumbe y Huesos no fue capaz de salir nunca más, hasta el día de su nacimiento, algunos años después. Para entonces ya se había convertido en lo que hoy es: huesos. Dicen que es su alma, cuando hay luna, aunque esté lloviendo ella cobra vida y sale a la playa y se sube al cabo a bailar, tanto tiempo encerrada le devolvió la libertad, y cada mañana regresa a su esclavitud, sus oídos ahora toman los sonidos que resuenan constantemente en su cabeza, como las olas del mar, sus ojos ya no están, de cualquier forma no veía, pero su cuerpo se mueve y baila hasta el amanecer.

-Y ¿por qué causa tal terror? -Mi estimado amigo, el terror no es de ella, es tuyo, porque no sabes cómo reaccionar ante una vida que tiene lo que desea, busca y encuentra. Te aterran los chasquidos de su cuerpo al bailar, porque tu no puedes escucharte a ti mismo, porque tu carne y tu piel amortiguan los sonidos de tus huesos, tu alma. Te quedas prendado de sus movimientos y sus cabellos que aún permanecen, te paraliza su expresión porque es la misma que tu interior desea pero que cubres con máscaras.

-¡Huesos, debes ser un alma en pena!

-No marinero, tú sí eres un alma en pena. Huesos, vive y tú... tendrás que morir antes de ser un esqueleto que sea el alma libre.



viernes, 13 de agosto de 2010

Diente de león.

"It's April and it's sunny
It's shining on your cold brick building
Wanna enter through these staind glass windows
And rob you from your fate
Leap out into an endless field
From the window of that building
Maybe later, maybe tomorrow, maybe never
Will you pass that gate
And I wonder, was I too late?"... (Angela Aki)




Apenas amanecía y los cálidos rayos del sol salían, sintió que tal vez ese día podría sentir finalmente ese calor que le contiene el corazón. Aún hacía frío y el rocío no se evaporaba, sentía el verdor de la hierba y el sonido de las hojas de los árboles vecinos, una que otra ave trinaba anunciando la llegada de esa mañana. Fue tarde, muy tarde, el viento arrancó sus semillas para esparcirlas en el limo del mundo. Una pequeña flor que no ha visto la luz del astro, se encuentra repartida en sus 2000 semillas, con 2000 esperanzas de renacer tantas veces pueda hasta poder vivir un día bajo la luz del día.


sábado, 7 de agosto de 2010

Enseñar la panza es obsceno o un insulto




Una semana de vacaciones en la playita, arena, sol, mar, palmeritas, camarones y chela. Por primera vez en 23 años no debo compartir la habitación con mi hermana, lo que significa que el espacio era todo mío. La alberca era privada sin niños que estén molestando ni animadores que hagan ruido con sus micrófonos, sólo paz y tranquilidad en el jardín de la casa. Claro que la playa es el lugar idóneo para tomar el sol y para que mi piel blanca cuasi transparente pueda agarrar un poco de colorete.

Y ahí estaba yo muy mona tomando el sol con mi bikini, cuando pasa una niña, se me queda viendo y le dice muy indignada a su mamá:
"mira mamá a esa muchacha se le ve la panza". Al oír esto casi me meo de la risa, y para mis adentros pensé : ¡Ay Niña! si supieras que toda la vida me dijeron que estaba gorda y no era cierto, ahora que quizá lo esté me vale madres, me gusta andar de bikini y que se me salga la panza además yo me siento bien buenota, no voy a esconder mi pancita sólo porque a ti no te gusta.

Esto que dijo la niña, me hizo observar a los bañistas de la playa, y pude ver que, sobre todo las mujeres, se quieren tapar los kilos demás, los hombres también usaban playeras para taparse la panza. Yo dije:
¡Dior! ¿pero qué haz hecho con tu publicidad? eso era algo aberrante, me di cuenta de cuanta gente tiene pena de sus cuerpos. Peor tantito, es que la misma gente juzga si está bien o mal enseñar piel. Más tarde ese día fuimos a otra playa a comer, y mi madre con la tijera que tiene comenzó a señalar a una mujer con buenas curvas y me refiero a buenas buenas curvas (busto- cintura- cadera y buena pierna) la cosa es que también se le salía un poco de panza, mi madre dijo: ¡Pero cómo se atreve a usar un traje de dos piezas!. Yo vi a la señora y la verdad es que no me pareció en absoluto aberrante al contrario, para su edad mis respetos para tan buen cuerpo que conserva.

Encontré ese día varios ejemplares de personas con sobrepeso a los que no les incomodaba para nada enseñar piel y panza. Como una señora obesa que traía un traje de baño muy coqueto era completo y con una faldita tomaba y tomaba fotos a su señor marido quién también era gordo y además se amarraba la playera como un top y dejaba salir su redondez. La señora estaba extasiada viendo a su marido bañándose entre las olas. Ambos se tomaban fotos y eran muy cariñosos el uno con el otro, me cae que esa pareja es feliz por aceptarse tal cual es cada quién.
Detrás de esto vi a otras dos chicas, más o menos de mi complexión quienes también dejaban salir un poco de pancita pero que llevaban su bikini, la verdad es que yo las vi muy contentas y a una de ellas el novio no le quitaba la vista de encima. Muy contrario a lo que pasó con las gringas estilo tabla que pasaron, ni quien las pelara que hasta se fueron pronto.

Con estas observaciones, llegué a la conclusión de que enseñar la panza es obsceno e insultante para mucha gente. Lo cual es una lástima porque sólo fomentan el auto rechazo, y soy ejemplo vivo de que esos comentarios además de causar daños en el autoestima, distorsionan la percepción de uno mismo, esto hace muy difícil de aceptar que uno es bello tal cual es. La cosa preocupante está cuando mostrar el cuerpo se torna un insulto, porque esa es la idea (y muy mala idea) de sí mismos, todo aquel que piense que el cuerpo del otro es insultante por su forma es porque eso piensa de sí mismo.

Los cuerpos no son perfectos, y es una lástima que la gente no pueda ver que la gordura y las estrías de muchas mujeres son porque han tenido el privilegio de tener hijos, y eso sí que es hermoso. Así que cuando vayan a la playa pónganse lo que quieran que lo que piensen los demás no importa mientras uno se sienta bien, no se tapen pensando que van a insultar a alguien porque para nada que es insultante el cuerpo propio.