martes, 5 de abril de 2011

¡ Ay corazón!




Es que no entiendo, corazón, ¿qué tiranía tuya es esa? Hay días en que eres como la miel, dulce, tibia, cristalina. Otros días eres cómo el acero de una espada afilada, frío en tus palabras y cortante en el corazón.

Afilas tus garras y me desgarras el amor que siento por ti ¿por qué?¿por qué has de lastimar a quien más te quiere? ¿qué mal te hice para que me atravieses el corazón con dolor? Yo espero que con cada amanecer vengas a mí para abrazarte y para acariciar tu rostro, espero noches enteras para oír tu voz por el auricular, espero días enteros para poder rozar tu piel.

Hielas mis caricias, paralizas mi cuerpo, se borra mi sonrisa y yo me pregunto ¿cuándo será el día en que alguien me ame? ¿acaso no lo merezco? ¿acaso soy poco? Me gustaría que sintieras este dolor que siento cuando me rechazas, me gustaría que vivieras la angustia y la incertidumbre que vivo en tu ausencia, y el horror de sentirme abandonada por tus labios.

Quisiera que vivieras cada segundo por mí... ¡ah! pero para eso sí soy egoísta, y cómo no, si siento que la vida ya me debe más de la cuenta, no me regresa tu sonrisa, no me regresa los abrazos que di, ni el amor que doy te genera interés.

¡Ay corazón! no entiendes ¿ de qué te sirve no amar? ¿ para qué guardarse para sí mismo? ¿para qué convertirse en una memoria de tristeza si puedes ser presente de alegría? No entiendo tu tiranía, te gusta verme llorar y yo sin poder marcharme porque me he atado a mi necedad de escuchar rezones, buenas razones, así que quizá no me vaya si no estoy convencida de que en tu corazón en verdad no queda una pizca de amor o una mirada que me diga "ámame, ámame porque yo también necesito amarte".

¡ Ay corazón! ¿por qué no me amas?

No hay comentarios: