martes, 29 de noviembre de 2011

Cabellos de ángel





Algunas veces los hombres se obsesionan de forma enferma con una mujer que los desprecia y desde luego despreciar a la mujer que los ama. Eh aquí la historia del amigo de una amiga, al cual, casi golpeo para ver si le hacían un poco de sinapsis las dos neuronas que tiene. La trágica historia a continuación.

El Grifo adoraba a Cabellos de Ángel en el más íntimo de los secretos. La infancia tardía les concedió el deseo de ser amigos mas nunca el de amantes. Por cuestiones del destino Cabellos de Ángel tuvo que vivir en otras tierras, así que el amor del Grifo quedó en puntos suspensivos. El tiempo pasó y llevó al Grifo hasta el reino de Cabellos de Ángel en una visita común.

La familia de Cabellos de Ángel y Grifo salieron a descubrir los alrededores, caminaron entre exóticos animales, hicieron un viaje en tren, se subieron a unos extraños carruajes y por supuesto el paseo por el lago con cascada. Ese día Grifo supo que estaba tan enfermamente enamorado que desde entonces sus intentos por olvidarla son en vano.

Platicaba yo con él en alguna ocasión y me contaba que se había enamorado de nuevo y que había alguien que le movía el tapete, pero más tardé en hacer un comentario de que Cabellos de Ángel había estado en el hospital qué él ya había movilizado a la familia para que pudieran ponerse en contacto con ella. Nuevamente se volvió débil ante los encantos de aquella "Veela", con su cara en pleno trance sólo pudo decir "¡Ah! mi niña". Y la niña lo sigue despreciando.



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