sábado, 7 de febrero de 2009

... y así fue como aparecieron en mi vida

Les contaré una de las mejores historias que me hayan sucedido jamás. Porque es un hecho que hasta puede ser uno de los eventos más importantes de mi vida, que probablemente dure mucho pero mucho, mucho tiempo. Encontré a ese grupo de personas que me han mostrado una faceta, no, muchas facetas de la vida, puntos de vista diferentes y maneras de vivir cada quien con su pasión.

Lo primero que noté, es que, en una de esas etapas odiosas de la vida en las que pensé jamás podría tener amigos y los pocos que conservaba, por cuestiones de trabajo y situaciones personales, no podían reunirse conmigo, de pronto, aparecieron, y estaban ahí sin saber por qué el destino nos guardó un día común y corriente para reunirnos. Pues bien, la historia comienza así:

Llevaba cierto tiempo platicando por messenger con un chico llamado Elías, no lo conocía en persona, pero siempre tenía una agradable conversación. Un día de mayo, no recuerdo exactamente la fecha me dijo que estaba estudiando árabe y me invitó a su grupo de estudio, se reunirían en un café del centro de la ciudad que proveía cierta privacidad, tranquilidad y ambiente para poder concentrarse. Sin pensar, dije que sí, pues era uno de esos días en que me hacía falta ver gente o simplemente salir de mi cueva, no tenía idea en lo que me había metido y qué demonios tenia yo que hacer en el grupo de estudio de los únicos arábigos de la ciudad. Ahora que lo pienso, no pensaba, ni me invadía ese nerviosismo previo a conocer gente o entrar a un lugar en donde no se conoce a nadie. ¿por qué? o ¿para qué la ausencia de emoción? tengo algunas teorías pero tal vez sean irrelevantes por el momento. Continuando con mis recuerdos, me arreglé solo un poco, me preocupaba más no poder encontrar estacionamiento, a veces la ciudad se pone caótica en ese aspecto. Y después de hacer algunos malavares con el auto, llegué, entre casi corriendo hasta que me topé con las escaleras y mejor me tranquilicé para que no me diera un infarto al subir. Hasta entonces no me había dado cuenta que no sabía como era Elías, ni tampoco quedamos en algo para reconocernos, pensé, bueno tengo su telef... no fue difícil, desde la entrada se distinguía un chico, sentado solo, leyendo un libro del Islam, con un café, sus audífonos y su cabello largo. ¡ Es él!, no dudé, quién sabe por qué mi intuición no me dejó fallar. Aquí comienza una historia loca, como suele suceder en mi vida, si no ¿qué vida sería esta? Lo primero que me encuentro es a alguien totalmente diferente a como lo había imaginado, no porque fuera malo, sino todo lo contrario, fue muchisimo mejor de lo que yo esperaba. Al poco rato después una charla introductoria, algunas risas y un cambio de mesa llegaron otros chicos y chicas, me parece que fue así Gil, Rafa, Tania y Cristian. Al parecer a algunos se les hizo tarde y otros simplemente no llegaron. Pasé una tarde genial, todos fueron muy amables y divertidos, como suele suceder algunas veces pues simplemente no estudiaron, jeje. Esto marcó un inicio, mi perspectiva de las personas y de la vida cambió muchisimo a partir de ese día. Quién diría que algún día yo estaría estudiando árabe y purhépecha, tocando en un ensamble de música y conviviendo con los que hoy son mis nuevos mejores amigos.

Las aventuras que nos han pasado son memorables, tengo la sensación de que los conozco desde hace mucho tiempo y el tiempo en sí pasa lento cuando estoy con ellos. Los extraño cuando no están y cuando no se de ellos. Te contaré en otra ocasión algunas peripecias, viajes y situaciones que recuerdo con ellos, y como dice Cesar, hay que disfrutar todo en esta vida, y yo los estoy disfrutando como nunca pensé disfrutar a mis amigos, además de que cada uno de ellos me ha enseñado a vivir.

3 comentarios:

Florecita Rockera dijo...

jejeje, es curioso como la gente llega a nuestras vidas, vivir es una maravilla!

Marinel dijo...

Bonita historia Anys.La vida es una encrucijada y cuando no sabemos qué camino tomar, se nos indica misteriosamente...es como si viniera a nuestro encuentro.
Quizá esa ausencia de emociones, se debiese a que tu interior sabía...
Me alegro de que hayas encontrado amistades así,que te llenen tanto y te hagan tan feliz.
Besos.

Anónimo dijo...

Me ha movido la curiosidad de entrar en tu blog por el hecho de que nuestros comentarios a Marinel han sido similares.

Lo describes muy bien. En un o unos momentos de nuestras vidas, tomamos decisiones no meditadas, pues si las meditáramos tal vez no las hubieramos tomado, que van a influir poderosamente o tal vez cambiar nuestras vidas.

A mi me sucedió algo parecido y mi vida cambió totalmente.

¿Por qué ocurre esto? ¡Que importa!, el caso es que ocurrió y nos fue favorable :)

Encantado de visitarte

Un saludo