domingo, 24 de mayo de 2009

El viento y el fuego


¿Cuántas veces puedes renacer en la una misma vida? Me quedé meditando mientras decía adiós nuevamente al pasado. Las olas del mar apagan el tiempo y los sueños que ya no serán, el viento entrega nueva vida, nuevas oportunidades y llaves de libertad. Nuevamente iniciar proyectos. Es hora de soltar el madero del que me había aferrado para no hundirme, es hora de nadar contra corriente, es tiempo de buscar otra puerta que se abra. El azul que encontré antes ,se guarda ahora en mi esencia, me acompaña aunque no esté más, es una página que queda grabada en mi libro.

Así cambió el viento, la veleta se movió, una nueva dirección desconocida, no se a donde lleva, pero es mi libertad. Es el miedo que no se puede evitar, pero he de ir lejos y he de volver. ¡vete a China! y... ¿por qué no? Es incontrolable sentir melancolía cuando te vas, pero es incontrolable también la sensación de ver más allá. El espíritu viajero, nómada de mis antepasados, aún lo llevo y aún se inquieta para salir corriendo, necesita conocer nuevos campos y nuevos mares, saber si el cielo es diferente aquí y allá. Es mi espíritu de aventura, reflexivo e impulsivo, es mi querer saber más. ¿Cuántas vidas se pueden vivir en una misma vida? ¿cuántas veces cruzaré el mismo y diferente cielo azul? ¿cuántos azules podré descubrir?

Ese ardor me llama, y voy hipnotizada de llanto, de risas, de cantos. Esa llama ya no se apaga. Respiro.

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