sábado, 10 de abril de 2010

La inocente

"Me quedé sin respiración al caer en la cuenta
todo fue una gran confusión
y yo amando estaba sola,
dando a la nada mi amor
como el mar."
(N. C.)


Me quedé esa tarde llorando sin comprender ni una sola palabra, me había portado bien, quería ser la niña buena que tanto me pedían que fuera. Después de desayunar todo sin renegar, después de aceptar el baño de agua fría sin lloriquear, me fui a jugar toda la mañana con mis muñecas para no molestar a mamá y además no ensuciarme el lindo vestido que me compró mi abuela. Antes de la comida hice un dibujo de mi papá trabajando en un divertido paisaje con sol, nubes y un arco iris, se veía muy contento.

Aún no terminaba de darle los detalles finales cuando él llegó, me apresuré a darle los toques finales, y bajé corriendo las escaleras gritando ¡PAPI! ¡PAPI! ¡TE DIBUJÉ!

Mas, mi emoción no pudo durar tanto, algo sucedía y él, me gritó ¡CÁLLATE! ¿QUE NO SABES QUE NO DEBES HACER TANTO ESCÁNDALO? ¡TE VAS AL RINCÓN CASTIGADA Y SIN COMER!

Ese día se me castigó injustamente y quedó impregnado en cada una de mis neuronas, yo era inocente, no tenía que pagar la condena que llevaba mi madre por hacerlo enfadar más de lo que ya venía por su problemas laborales. Seguí tratando de ser esa niña que todos querían, la niña bien portada, dulce, angelical y reservada que todos admiraban. El día del castigo pareció ejercer un fuerte impacto sobre mis acciones.

Crecí y nunca pensé que mi castigo sería repetido una y otra vez. Fui encontrando por el camino de mi vida hombres que como un acetato rayado me recordaban tal escena, no sé si de una forma más cruel, y cruel me refiero con palabras de dulce: ¡DEBEMOS TERMINAR ANTES QUE NOS ACABE EL TIEMPO! ¡NO LLORES! NO QUIERO VERTE LLORAR, NO QUIERO HERIRTE, y me repetía mi no culpabilidad NO ERES TÚ, SOY YO.

Hasta el momento no podía comprender que la respuesta siempre la supe, era culpa de... de... otra mujer. Pero me toca pagar los pecados ajenos y callar, a pesar de ser la menos culpable. Duele, en verdad duele que no se haga justicia, duele que la pague el inocente y el culpable huya con los ojos vendados para no ver sus estragos.

4 comentarios:

MAMUMA dijo...

Tienes razón Anita, pero es la vida así, por incongruente que parezca.

Anita dijo...

mamuma esa esencia incongruente queda plasmada en la vida real de muchas personas.

Borracho dijo...

Nunca mejor dicho, mi querida Anita: La vida real de muchas personas...

En tu experiencia, ¿qué es mejor?

*Una mentira que nos haga feliz...
*Una verdad que nos amargue la vida...

Un abrazo.

Anita dijo...

Eso mi querido Borracho tiene una respuesta, es mi lema de trabajo y la aplico en mi vida.

" La verdad os hará libres"

así que aunque me amargue la existencia un rato, eso pasará ya que las cosas no duran por siempre.