lunes, 2 de noviembre de 2009

Luna

En la madrugada entraba por mi ventana, tan blanca y luminosa que traspasaba las cortinas oscuras, la habitación se abochornaba de un insomnio y tristes recuerdos y ella seguía llamándome, recorrí la cortina y descubrí una noche clara y la luna llena. Despacio, muy despacio deslicé el cristal de la ventana y el frío entró liberando el ambiente bochornoso. Sus rayos luminosos bañaron mi rostro y mis manos y me senté en la ventana, vino hasta mi recuerdo la frase aquella que decía " Ella(la luna) siempre está ahí y en realidad no te sirve para nada, pero a veces la ves, y simplemente te hace sentir mejor". En efecto después de dar vueltas y vueltas en la cama y no poder conciliar el sueño, aquellos rayos que refleja del sol me envolvieron en la tranquilidad de la noche. ¿cómo es que un astro por el hecho de estar ahí, simple y sencillamente ahí, pueda calmar la intranquilidad? La vi, y me vio hasta que mi sueño regresó, veló mi cansancio, mi frío, mis sueños, me arrulló con su luz como una madre que extiende sus cálidos brazos cuando su hijo tiene miedo.
Luna, sigues acompañándome.

2 comentarios:

MAMUMA dijo...

Contemplar una luna llena es un grna placer

Borracho dijo...

Y, sin embargo, exiten personas que no saben disfrutar ese delicioso placer de voltear al cielo y contemplar lo que ahi hay...

Somos pocos los privilegiados.

Como lo he dicho en otras ocasiones, las mejores cosas de la vida son gratis. Poder contemplar la luna llena y atiborrarte de esa sensación, es sólo uno de ellos...