domingo, 18 de julio de 2010

Reflexiones en el parque.


"He de confesar que nací a una edad muy temprana"





Los deliciosos domingos como hoy son especialmente inspiradores, yo me levanto, me pongo bonita y salgo a desayunar chilaquiles, nada mejor que con R. anima con su platica y sus asociaciones. Asociaciones que me hicieron pensar más tarde. Tenía antojo de gazpacho, mi favorito es el de pepino con melón -¡Con todo por favor!. Fui al bosque por él, me senté en una banca de herrería cerca del kiosco justo en frente de una jardinera de verde pasto, el lugar estaba lleno de familias, cerca de mi asiento había poca gente y se podía apreciar la estructura central.

Me gusta observar a la gente y sus actitudes en público, lo cual me hizo poner atención a unos niños que entraron a la jardinera, llamó muchísimo mi atención una pequeña niña que gritó con gran placer y al tirarse en el pasto - ¡Esto parece un paraíso!- ¡Wow! Es lo más sabio que he escuchado en un buen rato. Me hizo pensar ¿En qué momento deja uno de pensar así? En realidad lo correcto sería decir "dejar de vivir así". Esta niña si acaso tendría tres añitos y vivía una maravilla un "paraíso". ¿se imaginan lo que es vivir en un paraíso? Luego vi a las otras niñas que iban con ella, una que dijo -¡Vamos a dar vueltas de carro!- Fue aquí el punto de quiebre, todos los niños que la siguieron lo intentaban una y otra, y otra, y otra.... vez. No importa si no les salía, lo volvían a intentar. Casi derramo una lágrima, pero no pude. Pensé sobre mi misma y lo poco que intento vivir en un paraíso, no lo intento tanto como parece.

Luego apareció "mi otro yo", una niña que usaba un vestido como los que mi mamá me ponía, con el peinado de dos colitas que me encantaba, y corría sola por todos los caminitos de la plaza del kiosco. Juro que me vi en ella. ¿dónde quedó esa Anita que corría feliz por la vida? Y no es que no lo sea, pero la verdad es que los niños prácticamente viven en ella, están tan adentrados en ello que no importa si tienen momentos de tristeza, un simple detalle les devuelve los instantes perdidos. Me hace pensar, dentro de poco cumpliré ciertos años, y la verdad es que no están cumplidos todos mis sueños ni espectativas, algo raro me pasa.

Conclusiones:

  1. Un día off de familia y trabajo es lo más relajante que existe incluso con cafeína en la sangre.
  2. No debo organizar los chistes
  3. Necesito encontrar mi paraíso.
  4. Las papas del parque son deliciosas.
  5. Si el Kiosco tiene veleta ¿por qué no funciona?

1 comentario:

Borracho dijo...

La gente deja de vivir en su paraíso porque así lo desea... O porque le preocupa el que dirán.

'Mira ese loco cantando solo por la calle...'

Qué pena! Qué dirán los Núñez de la Corcuera!



Sé feliz mi querida Anita que nada te cuesta. Vuelve a ser la Anita que añoras ;)