viernes, 21 de enero de 2011

Despedida y bienvenida.



Cada mañana él le despertaba con un beso,
ella le servía el desayuno:
café, leche, huevos y fruta.
Los sorprendía el sol curioso en sus miradas.
¡Mi cielo! ¡Te amo!
Y se alejaba hacia sus deberes
dejando tras de sí un estela dorada de rayos matutinos.
Esa era su promesa de volver al atardecer.
Despedida y bienvenida,
la mujer lo esperaba en la ventana.
Y cuando llovía el día entero,
no,
le esperaba en la puerta para salir a su encuentro.

Cada mañana él le despertaba con un beso,
ella le servía el desayuno:
café, jugo, huevos y tocino.
El sol se sorprendió de dicho suceso,
¡Mi cielo! ¿qué es esto?
Ella sonrió y dijo "es un nuevo comienzo".
Y se alejó a sus deberes
dejando tras de sí una estela dorada de rayos matutinos.
Era su promesa de volver al atardecer.
Despedida y bienvenida
su mujer y su hijo lo esperaban en la ventana.
Y cuando llovía el día entero,
no,
un par de sombrillas salían a su encuentro.

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