Un besito ¿sí?
Y ahora que recuerdo,
ya hace varios días que sus traviesos dedos
no marcan senderos en esta espalda que ansiosa le espera.
¿En dónde están sus manos ardientes y su sonrisa malvada?
-... Y... ¿se te antoja?
- ¿A mí? ... ¡claro! Pero más se me antoja darte un beso suavecito...sua-ve-ci-....to.
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