miércoles, 23 de diciembre de 2009

En memoria de Sari



(Esta mujer no es Sari, pero se parece mucho según lo que puedo recordar)


Presa, cautiva, muerta me contuviste.
Bajo los efectos de tu lengua venenosa,
viví bajo tu sombra, hijo, nieta,
ante tanta desvergüenza y la brevedad de mis heridas.
Me fregaste así la existencia,
y ni como madre ni como abuela serví para detener su codicia.
Vagué por unos días como la loca que nunca fui,
olvidada por quienes más amo.
Aún no comprendo hijo mío¿qué fue aquello que no te di?
Seguramente algo me faltó
si no, no estaría aquí,
bajo los efectos del medicamento que me diste.
Los días hasta mi muerte me atormentan,
mi nieta, ¿tan mala abuela fui?
Te lo di todo y tú,
me quitas lo poco que me queda.
No funcionaron mis manos de madre,
buscabas las de la tuya propia.
Después de todo, estoy vieja,
no tengo fuerzas y yo, ya he vivido.
Mi cabello ya blanqueó,
mis huesos apenas resistieron en mi desvarío
y me llevaron todavía lejos,
nadie creería que a mi edad y desorientada
llegara tres pueblos lejos de donde vivía
y me escapara de mis verdugos.
Escapé de mi país,
escapé de la muerte cuando era joven,
y escapo ahora nuevamente, de la injusticia de mi propia sangre.
¿Qué es esto?
¿Es esto la vida o el final de ella?
Antes mi vida dependía de mi
y hoy depende de ti.
Tengo un hijo que me mata
y otro que me rescata.
Así queda el viejo,
vulnerable, necio, triste
y sentado en esta vieja silla
igual a esta edad mía.
Pero sobrevivo aquí,
cada mañana me siento al sol
con las pocas fuerzas queme quedan.
Y vivo un poco más hasta que por fin
deba irme.



2 comentarios:

Florecita Rockera dijo...

que triste! conociste a Sari? quien era? :( ah, que triste

Anita dijo...

Sari era una gran mujer, tenía estrella.
Mi bisabuela.