Hace tiempo que deseaba tomar clases para tocar algún instrumento, en sí mi máximo es el piano, pero entre los instrumentos que más me gustan son la flauta, el cello, la guitarra, la darbuka y la "glass harmonic". Tengo el teléfono de un pianista que da clases, pero no tengo piano ¡ups!
En este caso el joven R. prometió darme unas lecciones de guitarra, me advirtió "Sabes que para mí, esto es muy serio". Entonces comprendí que era el candidato perfecto para que fuera mi mentor. La verdad, es que la música es algo muy importante para mi, corre y recorre cada esquinita de mi cuerpo, lo que pasa es que nunca tuve el apoyo por parte de mis llamados progenitores. Sin embargo en cada oportunidad que tengo de aprender aunque sea un poquito de música, le pongo todo mi empeño y dedicación.
Esta guitarra es mi nueva compañera, me la prestó R. y se llama Sonia ( o eso me dijeron), yo la hubiera llamado Rebeca jojojo, pero bueno, no es mía así que no la puedo renombrar.
Aprendí sus partes, los nombres de las cuerdas, cómo van las notas y otras cosillas más. De tarea tengo que practicar ciertos ejercicios y la instrucción fue muy clara " y así hasta que te duelan y te sangren los dedos". So, pues así le hacemos y mientras tanto descubrir la posición natural de la escala. Y como soy tan buena alumna ya me conseguí un metrónomo para practicar al compás. Ya les contaré luego si me sangraron o no los dedos o si aprobé el primer módulo de Guitarra en casa de Anita.
4 comentarios:
Espero y deseo que no sea necesario que sangren
jeje no mamuma, yo no creo que me sangren, no soy tan sangrona jiji, gracias.
No es necesario que sangren... pero dolerán.
Es de esos dolores que valen la pena. Como cuando te duelen los músculos después del ejercicio.
Oh por cierto, esa bonita guitarra de cedro rojo, no se llama Sonia.
Asi que siéntete libre de llamarle Rebeca...
;)
Genial!! Entonces Yo la bautizo con el nombre de Rebeca!!
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