jueves, 19 de marzo de 2009

Dejé de se interesante



¡Bien! Ahora que he detectado los fallos que debo reparar, entre ellos existe uno que me hace mucho ruido y vaya que me provoca muchas pero muchas muchas preguntas, entre ellas ¿cómo demonios sucedió?

La cosa está así, me recuerdo como una persona que siempre tiene algo que contar, algo que va a intrigarte, algo que cautivará tu atención y la de los demás. Por lo general había qué contar, es decir, tenía tela de donde cortar pa' entretener un rato a los interlocutores con los que lograba mantener una conversación decente ( no el artista del momento, ni los chismes amarillistas de los actores de TV). Si mal no recuerdo antes me la pasaba viajando con la familia, de un lado a otro, viviendo aquí y allá, conociendo los alrededores, las historias de los pueblos, los caminos y brechas alternos, visitando parques, reservar, ranchos, volcanes, montañas, manantiales, ríos..... muchos lugares. Otra cosa es que me sentaba a leer el diccionario y la enciclopedia, entre algunos otros libros y revistas con temas del espacio, naturaleza, historia y personajes chistosos, aprendí algo de arte y baile, el problema comenzó cuando todo lo tuve que dejar a medias por tener que dedicarme tiempo completo a la escuela. Eso tiene algo de interesante, no es que estudiar psicología sea aburrido, muy al contrario, pero yo tenía un equilibrio, tenía actividades de una persona normal y dejé mis pasiones a un lado que simplemente ya no me parecen tan interesantes, o la verdad puede ser que me de flojera retomarlas.

En estos momentos lo único que hago es estudiar un idioma indígena (p'urhépecha) de alguna manera me abre la puerta nuevamente a mundos distintos. Sin embargo falta algo de mi esencia en las actividades que realizo, también siento que perdí ese toque que le daba a las conversaciones. Es más haré una lista de las cosas que ya no hago, pero que me hacen falta, porque sinceramente creo que estoy dejando de ser tan interesante como solía serlo (he aquí el problema)

Comencemos:

  • La música: por causas de fuerza mayor ( o sea mi madre) no me fue posible, aprendí en la escuela a tocar la flauta, y un poco de música. en fin, abandoné voluntariamente a fuerza una de mis más grandes ilusiones. Hace poco que intento retomarla, pero la inspiración falla en muchas ocasiones así que me cuesta trabajo.
  • El dibujo: bueno comencé con clases de pintura, nunca pude darle forma sólo me gustaba mezclar los colores, después me dediqué un rato a aprender la técnica del dibujo, todo iba bien hasta que tuvimos que viajar de nuevo, conclusión: también me quedé pero ni a medias.
  • La danza: (Éster Píscore, seguramente la conocen jijiji) Entré a danza folclórica, muy buena por cierto, divertida y con la zapateada se eliminan las ansiedades neuróticas, finalizó a medias también por cuestiones y pleitos entre las autoridades del instituto. La danza moderna, una cosa rara derivada del ballet, divertida, flexible, accesible, final infeliz, a los tres meses, cambio de domicilio.Bueno la preparatoria tuvo un taller de danza jazz, muy bueno, me divertí durante un año, al año siguiente ya no me aceptaron, era exclusivo para los de nuevo ingreso. Ya en la universidad otro taller de danza jazz se abre, desafortunadamente con tres participantes no podíamos hacer ninguna presentación, la triste historia termina cuando el taller desaparece.
  • Los cuentos: ¡Ah! uno de mis favoritos, escribir cuentos y contarlos, algunas veces lo sigo haciendo a pesar de mi mala redacción. Lo que más me gusta es contarlos, pero a los niños ya no les interesa escuchar cuentos, a los adultos menos. Esta podría ser una de tantas cosas que sí se pueden retomar, aquí falla la desmotivación, si nadie escucha no tiene caso que invente y cuente cuentos.
Señoras y señores, un ejemplo del autosabotaje, no deja nada bueno y es desmotivante, esto hace que se pierda el interés por lo uno mejor sabe hacer. Yo en estos momentos me siento poco interesante, ni siquiera logro hacer pensar a la gente, mis blogs ya no tienen tantos comentarios como antes, mis nicks tampoco, y a decir verdad es que siento que aburro a la gente con la que platico, en ocasiones me he quedado sin algo qué decir y he tenido que guardar un lúgubre silencio, dejar de citar autores y alegar la mejor y mayor información.

Las preguntas que surgen de todo este rollo mareador son ¿en qué momento dejé de ser interesante? ¿por qué la gente no te dice que eres aburrido, simplemente deja de hablarte y de buscarte? ¿qué se hace cuando dejas de ser interesante? o una catastrófica ¿y si no vuelvo a ser interesante nunca jamás en la vida? (ya sé exagere... pero y si eso sí sucediera?) Una ultima aclaración, no es que sea ególatra(bueno tal vez un poquitín, pero todos lo somos) pero son cuestiones existenciales que seguramente muchos nos hemos planteado.

Lo que más siento es que las personas se alejen, a lo mejor exagero como de costumbre pero, extraño que me digan que soy rara, que se pregunten de dónde saqué tanta información, o que simplemente me pregunten mi opinión, o que acudan a mi a consultarme. Si, ya sé suena muy muy ególatra, pero les aseguro que a todos ustedes también les gusta que les pregunten de sus especialidades escolares, que les pidan una recomendación de un libro o pelicula u obra de teatro... en fin tantas cosas que parecieran comunes pero que todos tenemos, y hay que aceptarlo al ser humano le gusta ser el centro de atención y compartir (a veces presumir) lo que sabemos.

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