lunes, 30 de marzo de 2009

Enterrando recuerdos.



Era un sueño hermoso, hasta que se convirtió en pesadilla, la peor de todas, en la se hizo realidad mi más grande temor. Así fue como murió: al no considerarme, al hacerme ver que no importaba, al ignorarme, al subestimarme. Creció una hermosa flor de las profundidades de la escoria, y murió envenenada por la misma, le hizo ver que no era especial, le hizo ver que en realidad no importaba absolutamente nada. Así fue como murió una amistad que no existió, y que ya jamás existirá, se murió para siempre, se murió sin nacer, se murió sin existir, se murió de un doloroso infarto infarto en la cercanía de la misma soledad en la que se encontraba agonizando. En la locura se crea un mundo fantástico como ultimo recurso para retrasar la preciosa muerte. La dulce locura lo inventó, pero la realidad moribunda no dejó de aparecer. Así es como murió la fantasía, un cristal de humo, una cortina de viento que atraviesa tus dedos y sabes que está ahí pero nunca podrás tenerlo como te tiene a ti. Queda enterrado aquí el sueño, la fantasía, la ilusión y la imaginación, pues ya colocaste mi sueño en la realidad y ahí simplemente no puede sobrevivir.

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