viernes, 19 de junio de 2009

Soñé nuestro adiós.


Anoche, después de tanto tiempo, soñé contigo, pero soñé nuestra despedida, y al despertar no pude contener mis lágrimas ¿por qué te fuiste? Te extraño como no tienes idea, y tampoco nunca la tendrás porque ya estás muy lejos y no sé si algún día regresarás. Te grabé un disco, se llamaba "ángeles y otras cosas", fuiste mi ángel más efímero, mi abrazar más aferrado, la voz que más recuerdo. No te lo he dicho nunca y tal vez jamás te lo diga, quizá por eso me despedí, porque sólo en mis sueños puedo hablarte y puedes escucharme, porque sólo en ese mundo tan fantástico encontramos la tranquilidad del primer día, es donde reencuentro tus manos tibias protegiendo mi espalda y tu tu espalda que suele tener una forma extraña para recargar en ella mi mejilla. La complicidad se abrió de nuevo, aunque ya era hora de que te fueras, te abracé por última vez y te alejaste, te miré y me miraste, sonreíste y yo desperté llorando. Comprendí por primera vez, que hace tanto tiempo que te fuiste que ni siquiera sé si lo que vi fue verdad o nada más otro sueño, te dejé un cuaderno de recuerdos y te gustó, te lo llevaste como un tesoro que no quieres olvidar, aunque sea un deseo propio, en mi sueño todo era realidad.
No entiendo por qué me cuesta tanto trabajo decirte adiós.

1 comentario:

Florecita Rockera dijo...

:'(

es tan difícil decirle adiós a quien quieres tanto... paciencia y tiempo pequeñina.