domingo, 19 de julio de 2009

La silla vacía


Es justo como cuando tu estabas, había siempre un lugar apartado para ti en mi corazón, había una chimenea alumbrando nuestro conocimiento y un espacio donde descansar. Es justo ahí donde había una silla y solías tomarla como un trono. Había en la mirada una verdad, había en la mía luz, hasta que quedó vacía esa silla, hasta que un día dejaste de aparecer, tus palabras dejaron de escucharse, hasta que tus manos dejaron de hacer música, hasta que te desvaneciste en el aire. Esperé tanto tiempo a ver si regresabas, pero cada que había un espectro tuyo se iba de nuevo, me quedaba tu mirada vacía, tu voz hiriente, tu cara viendo hacia otro lado. Me dolía más verte tan intermitente, me dolía saber que te habías ido sin mi o sin despedirte, me dolía no tenerte más aquí cerca, me dolía no saber que ocurría, me dolía no saber de ti, me dolía verte y saber que no eramos mas que dos extraños que alguna vez se conocieron, me dolía pensar que nuestra historia ahora ya no vale, que fue inexistente, que fue un sueño que se esfumó al amanecer, que ya no reiríamos más. Me duele hoy llorar de dolor, me duele hoy recordar, todo mi ser duele. Hoy ya no existe ms que una silla vacía y recuerdos que parecen fantasía, carcajadas fantasmales a lo lejos y la luz de la luna alumbrando a la nada, al fantasma de un pasado maravilloso, ahí esta tu silla, monumento a tu presencia, recuerdo de tu ausencia. Te fuiste y por mis lágrimas decido que también te vas, con todo y tus fantasmas, con todo y tu encanto con todo y lo que te amo.

2 comentarios:

Florecita Rockera dijo...

:-o

que ... auténtico.

MAMUMA dijo...

el tiempo, es un gran aliado para
mitiga el recuerdo