jueves, 16 de julio de 2009

Tiempo tan sabio...


El tiempo perdona, es como un niño que se emberrincha y al segundo siguiente se le olvida por la presencia de un caramelo. Así es el tiempo, el tiempo nunca ve hacia atrás, el tiempo no se estanca en problemas, el tiempo continua. ¿Acaso tu has visto que el tiempo se deprima? ¿Acaso has visto que no quiera avanzar por flojera o por comodidad o porque le guste la vida tal cual y no quiera cambiarla? El tiempo avanza, y vive lo que le toca vivir, porque si en un lugar no lo quieren entonces cambia de lugar, cambia de personas, y aunque lo quieran sigue cambiando, porque no se queda con las ganas de conocer más gente y más lugares. El tiempo también cambia a los demás, los transforma, les da la oportunidad de hacer cosas nuevas, de enfrentar situaciones, de conocer gente y lugares maravillosos. El tiempo no se entristece, el tiempo se alegra de ver tantas maravillas y de dejar una estela de recuerdos en cada uno de nosotros, es un regalo que nos deja a su paso, es el amigo que te enseña y con cada paso que da en tu vida, te dejará siempre más regalos. Por eso, aunque no podamos ver el tiempo, podemos ver que ha pasado por nuestros amigos, por nuestra familia, por nuestros seres amados y por nosotros mismos. El tiempo pasa por los edificios y casas, por jardines y mascotas, por los autos y las nubes, por las estrellas y por nuestros amores. El tiempo pasa, pasa lentamente y si no sabes apreciar su visita, entonces querido amigo, lo has perdido. Ojalá en muchas ocasiones actuáramos como el tiempo, dejando atrás rencores, enojos, tristezas, porque el tiempo es sabio, y hace lo que hace porque lo sabe, si quedarse en los errores, en la autocompasión, en el lamento, en el enojo y en el pasado, entonces, no habría tiempo, tiempo de amar, de perdonar, de aprender...

1 comentario:

Florecita Rockera dijo...

ohhh que bonito, y que cierto!!! el tiempo no se detiene y no se deprime y si uno no lo aprecia... lo pierde...

:)