viernes, 7 de agosto de 2009

Entre dos aguas


No quisiera seguir con este dolor, no me quisiera quedar encerrada entre la espada y la pared, en un laberinto sin salida. ¿cuándo encontrará descanso este corazón ? No puedo seguir naufragando con cada madero que me encuentro, sigo cayendo al mar, ahogándome en un mar de penas que no puedo superar. Apenas puedo respirar, me ahogan las olas como manotazos incansables que no me dejan sacar la cabeza a flote. Busco, pienso y siento que el aire no llega, otra vez está sucediendo, se curte el corazón en la locura y el miedo de perderlo todo, todo. ¿Qué esperar entonces? A que cesen mis lágrimas de sal, el dolor del corazón y a que salgan las piedras que le aplastan constantemente. Este sufrimiento se prolonga fuerte y constantemente, espero terminar de naufragar, ahogarme o que me rescaten. Espero que el viento barra tantas hojas secas, que se las lleve, que las deshaga, no quiero escucharlas crujir y escuchar presencias que se ausenten, que anuncien pisadas invisibles y me rodeen y me encierren entre dos aguas. Soy un ave con las alas rotas, con el canto ahogado, con el miedo que siente una niña en la oscuridad, ¿Qué pasará mañana? y mil preguntas me rodean la cabeza, todas desesperadas por una respuesta. Este abismo no parece tener final.