viernes, 21 de agosto de 2009

La guayaba

Mamá trajo guayabas, tenía años sin probar una guayaba; entrando a la cocina se distinguían entre la demás fruta, su aroma llamó a mi nariz y me acerqué lentamente como no creyendo que estuvieran frente a mi. Olían muy bien, tomé una y la sentí en mis manos, la volví a llevar a mi nariz, mmm... qué rico! era un perfume enloquecedor. Guayabas, guayabas, y la imagen del guayabo en casa de mi abuelo. Hundí mis dientes lentamente, sabor y aroma se convinaban de manera celestial entre mi paladar y mi lengua ¿cómo es que una cosa tan pequeña pueda albergar tal sazón? La saboreé lentamente, la mastiqué tanto como pude intentando desgastar el sabor entero. Y al terminar mis labios también sabían a guayaba...

(historia de la vida real, por eso tomé la foto)









4 comentarios:

Florecita Rockera dijo...

=O
en serio tenía años que no comías guayabas?

Anita dijo...

sí es en serio que tenía años sin comer guayabas, como unos cuatro o cinco, no se por qué

VISION DE ARLEQUÍN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anita dijo...

VISION DE ARLEQUIN, pues disfruta lo que te comiste y te tomaste ;)